Las flatulencias de nuestras mascotas… ¡qué peste!

¡Pero qué peste! Tú no has sido y solo está tu pequeñín en la habitación. Y piensas, ¿cómo una cosa tan pequeña genera un olor así?

En efecto, nuestras mascotas también sueltan gases. El término que se usa es el de flatulencia, que se refiere a la excesiva acumulación de gases en el tracto intestinal. Esta flatulencia se asocia a ruidos gastrointestinales si no se expulsa, y a eructos y flatos (pedos de toda la vida) si llega a salir el gas.

En personas, y probablemente en perros y gatos, tan solo un 1% de los gases huelen mal y son resultado del metabolismo bacteriano y la fermentación.

¿Por qué se producen?

Alimentación. Los alimentos como legumbres (soja, judías, habichuelas, guisantes) contienen grandes cantidades de sustancias no digeribles que producen grandes cantidades de gas intestinal al ser fermentadas. La fibra que contienen los alimentos de los animales puede contribuir a la flatulencia, al igual que el contenido de sulfatos o proteínas.

Intolerancias. La flatulencia puede ser provocada por algún tipo de intolerancia a la dieta, como por ejemplo a la lactosa.

Inactividad. El sedentarismo en tu mascota también favorece que tenga más flatulencia y es más común en perros que en gatos.

Enfermedades. Los pedetes de tu mascota también pueden ser síntomas de enfermedades gastrointestinales, especialmente del intestino delgado o del páncreas. Por normalizar estos gases, los propietarios muchas veces se despreocupan y no se diagnostica a la mascota hasta que no tienen otros síntomas más graves.

Indiscutiblemente, será el veterinario quién podrá determinar si es un proceso fisiológico normal asociado a la dieta o se trata de una patología. Así que, si hueles a menudo a tu mascota, no dudes en consultar a una clínica veterinaria.


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